El líder izquierdista, Pedro Castillo se impuso a Keiko Fujimori y se convertirá en el próximo presidente de Perú, por 69.774 votos según el 100% del recuento de la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE).
Por su parte, en el Jurado Nacional de Elecciones quedan 50.000 votos por revisar. Además, la petición de Fujimori de anular 200.000 votos en zonas andinas, donde el voto a Castillo fue superior al de ella, esto se realizará en un proceso paralelo que se resolverá como máximo el sábado próximo.
La anulación de esos votos que exige Fujimori supondría invalidar la voluntad de zonas completas, las más pobres y alejadas de Lima, que han apoyado al candidato. La candidata conservadora apela como prueba a que en algunos de esos lugares ha sacado cero votos. Ahí Castillo, que ha hecho campaña con un discurso contra las élites, ha arrasado. En algunas regiones ha rozado el 90%. Ha quedado de manifiesto que el fujimorismo tiene muy poco impacto en el sur del país.
Pedro Castillo, profesor de 51 años, se dio a conocer a nivel nacional tras liderar una huelga en la que se pedía mejores condiciones para los maestros y que fue muy mal manejada por el gobierno del entonces presidente Pedro Pablo Kuczynski.
En aquella ocasión, el ex ministro del Interior, Carlos Basombrío, lo acusó de trabajar dentro de una facción ligada a la banda terrorista de corte maoísta Sendero Luminoso (SL), y ese hecho entrampó las negociaciones que lideró la ministra de educación, Marilu Martens.El mal manejo de la huelga permitió a Castillo ascender como líder, llegando a crear un sindicato manejado por él mismo llamado a Federación Nacional de Trabajadores en la Educación del Perú (Fenatep).
Si bien Castillo no consiguió mucho de lo que pedía en aquella huelga que duró casi ocho meses, nació el dirigente sindical que se hizo conocido en todo el país.
Según explica el politólogo Rodrigo Barrenechea, el apoyo a Castillo se apoya en las dos divisiones de las últimas décadas: lo que separa Lima y al resto del país porque hay una identidad étnica y esperanzadora y el antifujimorismo, esa entidad amorfa que se organiza cada cinco años y que impidió que Keiko Sofía Fujimori gane en las elecciones del 2011 y de 2016.
En una tensa semana para los peruanos, la Fiscalía de Perú el jueves 10 de junio la prisión preventiva para Keiko Sofía Fujimori por violar las reglas de conducta bajo comparecencia al reunirse con uno de los testigos del proceso que se le sigue por lavado de activos; el portavoz de su partido y ex congresista, Miguel Torres.
En marzo pasado, el fiscal José Domingo Pérez la acusa por lavado de activos y pide 30 años y 10 meses para Keiko Sofía Fujimori por recibir presuntamente pagos ilícitos en las campañas del 2011 y 2016.
En el 2016, Keiko Sofía Fujimori no aceptó haber perdido por más de 40 mil votos frente a Pedro Pablo Kuczynski y durante la segunda vuelta reconoció que «debió haber pedido un recuento de los votos» frente a PPK y «realizar una oposición más leal». También en el 2011, perdió frente a Ollanta Humala por medio millón de votos.
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