La indignación aumenta en Chile y Venezuela por el hermetismo en torno al caso Odalys Calderón, la pediatra agredida brutalmente en Calama hace once días.
Fue encontrada inconsciente en su vivienda, con signos de violencia. La comunidad médica exige respuestas claras sobre el avance de las investigaciones oficiales.
Aunque se entregó la clave de su celular, el contenido no ha sido revisado. Familiares creen que allí podría hallarse evidencia clave para el proceso judicial.
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El principal sospechoso sería su expareja, un empresario minero. Sin embargo, las autoridades no han emitido declaraciones ni han confirmado esta hipótesis públicamente.
Mientras Calderón se recupera en el Hospital Carlos Cisternas, sus colegas denuncian presiones internas y posibles intervenciones en los teléfonos del personal médico.
La falta de transparencia genera temor entre allegados. Algunos temen que el caso Odalys Calderón esté siendo encubierto por intereses políticos o económicos.
Además, se ha planteado la posibilidad de que el crimen esté vinculado a redes organizadas, lo que cambiaría el enfoque de la investigación policial.
Hasta ahora, ni el Ministerio Público ni la Policía de Investigaciones han ofrecido un informe oficial. La comunidad exige justicia y garantías procesales.
