Esta pregunta es esencial para quienes desean vivir conforme a su propósito. Jesús mismo afirmó que sus verdaderos familiares son aquellos que hacen la voluntad de Dios (Marcos 3:35), estableciendo un vínculo espiritual basado en la obediencia.
La voluntad divina comienza con el arrepentimiento y la fe en Cristo. Sin este fundamento, no se puede avanzar en el conocimiento de Su voluntad. Al recibir a Jesús, somos hechos hijos de Dios (Juan 1:12) y Él desea guiarnos en su camino.
Dios no oculta su voluntad
Lejos de ser un misterio inaccesible, la voluntad de Dios está revelada en Su Palabra. Textos como 1 Tesalonicenses 5:18 y 1 Pedro 2:15 nos muestran que dar gracias y hacer el bien son expresiones concretas de esa voluntad.
Romanos 12:2 enseña que para conocer la voluntad “buena, agradable y perfecta” de Dios, debemos dejar de conformarnos al mundo y permitir que nuestra mente sea transformada por el Espíritu. Este proceso abre la puerta al discernimiento espiritual.
La voluntad se revela paso a paso
Aunque deseamos conocer todo el plan divino de una vez, Dios suele revelarlo gradualmente. Cada paso requiere fe y confianza, y mientras esperamos, debemos ocuparnos en hacer el bien que ya sabemos que debemos hacer (Santiago 4:17).
Dios permite que tomemos decisiones personales, como dónde vivir o con quién casarnos. Si nos sometemos a Él, puede impedir elecciones equivocadas, como se muestra en Hechos 16:6–7, donde el Espíritu Santo redirige a los apóstoles.
Conocer a Dios para
La relación con Dios es clave. Así como un hijo conoce los deseos de su padre, el creyente que camina con el Señor aprende a discernir lo que Él quiere. Esta intimidad espiritual permite actuar con sabiduría sin necesidad de instrucciones constantes.
1 Corintios 2:16 afirma que los creyentes tienen “la mente de Cristo”. Esto significa que, al obedecer la Palabra y confiar en el Espíritu, podemos pensar y decidir conforme al corazón de Dios, evitando caminos que nos alejen de Él.
Deseos alineados con el corazón de Dios
Proverbios 11:5 y Salmos 37:4 muestran que cuando buscamos sinceramente la voluntad divina, Él coloca sus propios deseos en nuestro corazón. El secreto está en deleitarse en el Señor, no en imponer nuestros propios planes.
Conocer la voluntad de Dios no es un evento único, sino un camino de obediencia, fe y transformación. Él desea guiarnos, y si lo buscamos con sinceridad, encontraremos dirección, propósito y paz en cada paso que damos.
Noticia Cristiana/RDN