Este miércoles, Guanare despertó con una tragedia devastadora: Marina Hidalgo, joven estudiante de medicina, la encontraron sin vida en su residencia ubicada en Los Cocos.
La comunidad quedó paralizada al conocer que Marina Hidalgo, de apenas 22 años, había tomado una decisión irreversible mientras se encontraba sola en casa.
Su pareja sentimental fue quien la encontró, alertando de inmediato a los funcionarios del CICPC, quienes iniciaron el protocolo correspondiente para esclarecer lo ocurrido.
La joven cursaba medicina en la Universidad Francisco de Miranda, en Barinas, y era reconocida por su dedicación, empatía y compromiso con sus estudios.
Según versiones preliminares, Marina Hidalgo enfrentaba una etapa difícil, marcada por la ausencia de su madre, quien había emigrado recientemente a Estados Unidos.
Aunque aún se investigan los motivo de esta tragedia en Guanare, se presume que factores emocionales y personales influyeron en la decisión que conmocionó a toda la ciudad.
Los vecinos de Los Cocos describen a Marina como una joven amable, reservada y siempre dispuesta a ayudar, especialmente en temas de salud comunitaria.
El CICPC trasladó el cuerpo al SENAMECF para realizar los exámenes forenses y continuar con las diligencias legales correspondientes al caso.
La universidad donde estudiaba emitió un comunicado expresando su pesar y anunciando actividades conmemorativas en honor a su memoria y legado académico.
Organizaciones locales comenzaron a movilizarse para ofrecer apoyo psicológico a estudiantes y vecinos afectados por la noticia de Marina Hidalgo.
Marina Hidalgo deja una huella profunda en quienes compartieron su camino universitario y humano
Esta historia de la tragedia en Guanare de Marina invita a reflexionar sobre la importancia de cuidar la salud mental, especialmente entre jóvenes que enfrentan presiones silenciosas.
Expertos recomiendan fortalecer redes de apoyo emocional en universidades, hogares y comunidades para prevenir tragedias similares en el futuro.
El silencio que rodeó a Marina Hidalgo debe transformarse en diálogo, escucha activa y acciones concretas que protejan la vida de quienes nos rodean.
Guanare se une en duelo, pero también en compromiso por construir espacios seguros, empáticos y solidarios para sus jóvenes.
Hoy, más que nunca, Marina Hidalgo nos recuerda que detrás de cada sonrisa puede habitar una historia que necesita que la escuchen.





