Trinidad y Tobago deporta a 200 venezolanos tras una orden oficial que sacude la región y pone en tensión las relaciones bilaterales con Venezuela.
Kamla Persad-Bissessar, primera ministra del país insular, activó el operativo migratorio como parte de su estrategia para frenar el ingreso irregular de extranjeros.
El Ministerio de Seguridad Nacional ejecutó la medida el lunes, trasladando a los detenidos a un centro de reclusión antes de su expulsión definitiva.
Videsh Maharaj, secretario permanente, confirmó que Trinidad y Tobago deporta y no habrá procesos judiciales previos ni supervisión legal para los migrantes venezolanos.
Organizaciones humanitarias denuncian que la deportación masiva vulnera derechos fundamentales y expone a los afectados a situaciones de alto riesgo.
Trinidad y Tobago deporta a 200 venezolanos sin garantías legales ni protección humanitaria
Persad-Bissessar culpó a gobiernos anteriores por permitir el ingreso de personas vinculadas con redes criminales y tráfico de drogas en el Caribe.
“Durante años ignoraron el problema y ahora enfrentamos las consecuencias”, declaró la mandataria en rueda de prensa desde Puerto España. Trinidad y Tobago deporta
La policía reforzó la vigilancia en zonas costeras y modernizó instalaciones en Cedros para facilitar el control migratorio y las expulsiones.
El gobierno también autorizó el arribo de un destructor estadounidense para realizar ejercicios militares en aguas cercanas.
Venezuela reaccionó suspendiendo acuerdos energéticos y acusó a Trinidad y Tobago de convertirse en una base militar contra Suramérica. Trinidad y Tobago deporta
Nicolás Maduro ordenó la ruptura de convenios en materia de gas, respaldado por Delcy Rodríguez y la directiva de PDVSA.
El presidente denunció que la isla actúa como plataforma de agresión, alineada con intereses geopolíticos de Estados Unidos.
Mientras tanto, los venezolanos detenidos enfrentan incertidumbre, sin acceso a abogados ni información sobre sus derechos migratorios.
Activistas exigen respeto a tratados internacionales y garantías mínimas para quienes buscan refugio por razones humanitarias.
Este episodio podría marcar un precedente en la política migratoria caribeña y afectar la estabilidad regional. Trinidad y Tobago deporta
Los gobiernos deben priorizar el respeto a los derechos humanos y evitar que la migración se convierta en conflicto político internacional.

 
 







