El reciente ataque cinético en el Caribe dejó una herida abierta en Trinidad y Tobago. Chad Joseph y Samaroo, dos ciudadanos trinitenses, murieron tras el bombardeo de una embarcación frente a Venezuela, según denuncias de sus familiares. El operativo, ordenado por el presidente Donald Trump, dejó seis muertos. La comunidad de Las Cuevas, donde vivía Joseph, se encuentra devastada.
Kern, amigo cercano de Joseph, calificó el ataque cinético en el Caribe como “inhumano”. Asegura que el gobierno estadounidense actúa sin pruebas claras. “Vuelas el barco, ¿y qué evidencia tienes realmente?”, cuestionó. En la zona pesquera, la tristeza se respira en cada rincón. La noticia ha sacudido a quienes conocían a los fallecidos.
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Lenore Burnley, madre de Joseph, expresó su dolor por no tener un cuerpo que enterrar. “Confío en Dios para el cierre que mi hijo merece”, dijo. Rechazó cualquier vínculo de su hijo con el narcotráfico. “Hay personas inocentes, pero seguirán diciendo lo contrario”, lamentó. Además, criticó el uso de fuerza letal en el ataque cinético en el Caribe sin previo intento de interceptación.
La abuela del joven, Christine Clement, reveló que Joseph vivió en Venezuela durante tres meses. Intentó regresar a casa, pero no lo logró. Cuando se le informó que su muerte estaba relacionada con el tráfico de drogas, rechazó la versión oficial. “No lo creo. Él solo quería volver”, afirmó.
El ataque cinético en el Caribe fue anunciado por Trump en Truth Social. Según el mandatario, la embarcación estaba vinculada a redes narcoterroristas y transportaba narcóticos. El operativo se realizó en aguas internacionales bajo la supervisión del Comando Sur. Ningún militar estadounidense resultó herido.
El despliegue militar ha sido criticado por el gobierno de Nicolás Maduro, que lo considera una amenaza directa. Mientras tanto, en Trinidad y Tobago, las familias exigen justicia. El ataque cinético en el Caribe ha dejado más preguntas que respuestas, y el dolor se multiplica entre quienes perdieron a sus seres queridos.