«Tengo a unos vecinos a quienes les mataron a sus hijos, y antes de que nos jodan a nosotros, preferimos huir», asegura José Manuel a ABC. Este agricultor de 57 años ha dejado atrás a sus hijos, su casa y su trabajo, al igual que otros desplazados, en medio del conflicto armado que estalló hace más de diez días en el Catatumbo, al noreste del departamento de Norte de Santander, en Colombia.
Huyó a Cúcuta para buscar refugio y resguardar su vida, la de su madre y la de su esposa. Los tres esperan sentados, y desconcertados, en la entrada de un centro de atención a las víctimas para recibir alguna ayuda después de llegar con las manos vacías a esta localidad colombiana que ha recibido a más de 21.000 personas desplazadas. Todos ellos han abandonado sus hogares huyendo del cruento enfrentamiento armado entre las guerrillas del ELN y las disidencias de las FARC.
Conflicto armado entre el ELN y las FARC
El conflicto armado que comenzó el 16 de enero entre el ELN y las FARC, ha desencadenado el desplazamiento de 50.000 de las más de 200.000 personas que habitan en el Catatumbo. Tibú, Ocaña y Cúcuta han sido municipios de asilo temporal para los afectados. Cúcuta es el que más personas ha recibido, según datos ofrecidos por el gobernador de Norte de Santander, William Villamizar. «Este enfrentamiento lleva más de 100 personas fallecidas y al menos 20 heridos. En Tibú hay seis albergues, en Ocaña al menos cinco, mientras que en Cúcuta la mayoría de las personas han buscado a familiares, otros han sido llevados a hoteles de la zona», precisa Villamizar a ABC.
José Manuel, otros de los desplazados, ha dejado en el Catatumbo a sus tres hijos con los que no ha podido hablar desde hace más de 72 horas por problemas en las comunicaciones. José Manuel cree que por ser jóvenes pueden sobrevivir con lo que sea. «Yo no podía hacer eso con ellas», afirma mientras señala a su esposa de 40 años y a su madre de 75. «Me vine a Cúcuta porque mi madre es mayor y tiene discapacidad y no quiero que le pase nada».
Los combates en Catatumbo han provocado al menos 80 muertos
Los combates guerrilleros en la región del Catatumbo han provocado la muerte de al menos 80 personas y el desplazamiento de otras 41.000
El hombre, que ha decidido ocultar su apellido como muchos desplazados, espera junto a ellas en la entrada del centro para recibir algo de comida y ayuda económica que le permita encontrar algún alojamiento, no quiere incomodar por mucho tiempo a un conocido que los acogió en la capital de Norte de Santander. Junto a ellos otro medio centenar de personas hacen cola. Mientras esperan, en sus ojos se puede vislumbrar desesperación ante su situación e incertidumbre hacia el futuro. A sus miradas perdidas se les sumaban los llantos de varios bebés que lloran sincronizadamente.
«Estoy desde las 4 de la mañana esperando a que me den ayuda. Me mandaron del estadio para acá. Estoy con mis tres niños y ahorita (mediodía del martes) fue que nos dieron esta leche», afirma Sonia con tono impaciente y decepcionada. La mujer llegó la noche del lunes a Cúcuta. El estadio General Santander fue el primer lugar habilitado para recibir a los desplazados, que son atendidos por miembros de la Cruz Roja Internacional y Unicef.
Sonia, form parte del grupo de desplazados recuerda cómo en el Catatumbo se veía «por todos lados» a personas armadas hasta los dientes, lo que disparó su miedo y la obligó a salir de ahí.
En Cúcuta, después de las seis de la tarde el silencio es sepulcral y las calles son un desierto. Salir es arriesgar la vida. «Por eso me vine. Yo agradezco que al menos pude salir con salud y con vida. Eso es lo que importa, ¿verdad?». Esta ama de casa, de cuerpo delgado y rostro cansado, ha podido quedarse en la vivienda de una mujer que le dio alojamiento. «Hemos dormido mis hijos y yo en el piso. Apenas con una cobija para hacer colchón.
Todos los desplazados salieron de sus casas con lo que tenían puesto por la violencia en Cataumbo. La arremetida implacable de la guerrilla los obligó a salir de sus hogares a la carrera.
Una crisis anunciada
«Nunca se había vivido esto, pero sí se temía que pudiera pasar en el Catatumbo», explica Yuleima García, coordinadora de una asociación gubernamental que brinda apoyo a las víctimas del conflicto armado en Colombia. Y hoy vemos el resultado: estalló una crisis que se veía venir y que ha desplazado a miles de personas por todo Norte de Santander».
La situación de los desplazados ha obligado al presidente de Colombia, Gustavo Petro, a declarar el estado de conmoción interior, tras la perturbación al orden público en el Catatumbo, y ha calificado este hecho como uno de los más dramáticos de la historia contemporánea de su país.
ABC DE ESPAÑA/RDN