El magnesio, como bien sabemos, es el cuarto mineral más abundante en el cuerpo humano. De hecho, es imprescindible a la hora de mantener la actividad muscular y nerviosa, el ritmo cardiaco, la presión arterial, los niveles de glucosa y el sistema inmune activo.
Al igual que el calcio, el sodio y el potasio, se trata de un mineral determinante para el desarrollo de la actividad metabólica de nuestro cuerpo. ¿El motivo? Está claro: facilita la conducción nerviosa y favorece la actividad muscular, desempeñando un papel importante en la producción de energía por parte del organismo.
En profundidad
Por lo general, la mayor parte del mineral de magnesio se sitúa en los huesos, ejerciendo una función estructural. Ahora bien, cada vez se están descubriendo más funciones, elevándose ya a más de 550 reacciones en las que el magnesio interviene. Se dice pronto.
Al parecer, los seres humanos necesitan diariamente unos 3.6 mg de magnesio por kg de peso. Y, alto porcentaje, claro está, la obtenemos a partir de la dieta, que suele proporcionarnos entre 300 y 350 miligramos, de los cuales nuestro organismo absorbe la tercera parte, eliminándose con las heces el resto.
Más detalles
Fundamentalmente, se consume magnesio cuando se ingieren los vegetales verdes, frutos secos leguminosos, legumbres frescas y casi todas las semillas. En menor cantidad aparece el magnesio en alimentos de origen animal, como los pescados (merluza, dorada, besugo y salmonetes) y el marisco (langosta, bogavante, cigala, langostinos y gambas).
Ante este panorama, hay que tener en cuenta que no todos los suplementos de magnesio son iguales, sino que hay diversos tipos, dependiendo de la molécula orgánica o inorgánica que acompañe al magnesio en su forma elemental. En particular, las formas orgánicas son las que mejor se absorben y las que mejor se toleran (reducen el abdomen, ayudan a bajar de peso…).
Las formas inorgánicas del magnesio, como el cloruro, el óxido o el carbonato, son en general menos recomendadas. Pese a que pueda parecer que su cantidad de magnesio elemental es mayor, se absorben peor y causan más irritación del tracto digestivo.
A tener en cuenta
Cabe destacar que la deficiencia del magnesio provoca numerosas molestias neurológicas que habitualmente se presentan a nivel muscular (debilidad muscular, espasmos, calambres). Ahora bien, también produce síntomas más generales como la anorexia, náuseas o decaimiento.
El Economista/RDN