Una mujer estadounidense viajó desde Washington hasta Tijuana, en México, para someterse a una cirugías y pagar menos ya que en donde vive están mucho más caras. Sin embargo, cuando se despertó se encontró con que le habían realizado dos intervenciones que no había pedido.
Kimberly McCormick ya había visitado la misma clínica por una liposucción pero volvió a atenderse ahí para eliminar el exceso de piel. Además de esa operación, le colocaron implantes mamarios y le hicieron un levantamiento de glúteos.
En Estados Unidos, las consultas e intervenciones en los centros de salud son altamente costosas. Por esta razón, muchos ciudadanos viajan a otros países para poder acceder a cirugías estéticas a un precio más accesible. Este fenómeno es conocido como “turismo médico”.
En este caso, Kimberly viajó a Tijuana para remover excesos de piel de la zonas de los brazos, muslos y estómago, resultado de su pérdida de peso.
McCormick y su esposo ya tenían experiencia en esta estrategia, pero nunca habían pasado por una situación similar. “Cuando me desperté, me dolía mucho el pecho y comencé a llorar”, dijo en diálogo con el medio FOX13 de Seattle.
La mujer terminó con una infección grave y problemas respiratorios. “Tenía miedo de morir allí mismo y mi hija no lo habría sabido”, agregó.
Luego de su recuperación, la clínica le pidió 2.500 dólares adicionales por los implantes y la elevación de glúteos, a pesar de que ella no los había pedido. Además, dijo que las autoridades de la institución la amenazaron con denunciarla si no firmaba unos documentos que afirmaban que ella sí había pedido las operaciones.
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