Hay que tener muy buen estado físico y mucho estómago para unirse a los varios tours turísticos que ofrecen visitas guiadas para ver los restos del avión de la Fuerza Aérea de Uruguay que se estrelló en la Cordillera de los Andes en 1972 y dejó 29 víctimas fatales y 16 sobrevivientes. Sobrevivientes que han pasado a la historia porque lograron subsistir alimentándose del cuerpo de los fallecidos, una medida extrema que los mantuvo con vida hasta que fueron rescatados.
La historia que ahora exhibe Netflix como «La Sociedad de la Nieve», dirigida por el español Juan Antonio Bayona, acaba de ser nominada a los premios Oscar como mejor película internacional y mejor maquillaje y peluquería, lo que seguramente elevará el número de turistas que aspiren a llegar hasta el verdadero sitio de los acontecimientos.
De hecho, Campaqui Adventures una de las empresas que organiza el viaje -y que bautizan como «Trekking al avión de los uruguayos»-, ha visto el aumento del interés en conocer el sitio, recibiendo solicitudes no solo desde Argentina o Uruguay sino desde Irlanda, Brasil, Vietnam o Australia, según comentan sus representantes. Ellos organizan la expedición tanto en modalidad trekking como en cabalgata y exigen requisitos mínimos para poder hacer el tour.
Otra agencia encargada de hacer el mismo tour, Andes Expediciones, advierten en su portal a los interesados que se trata de un trekking de exigencia media donde hace falta buena condición física, hacer ejercicio con regularidad, ganas de cansarse físicamente y no tener más de 60 años. Hay que caminar más de 30 kilómetros entre piedras, cruzar ríos y dormir en carpas en plena cordillera.
Las expediciones desde Mendoza, Argentina, cuestan entre 300 y 600 dólares, precio que varía de acuerdo a la duración -entre tres días y cuatro días-, mientras que desde Uruguay, la empresa Inti Aventura organiza salidas desde Montevideo, pasando por Buenos Aires, lo que eleva el precio, con pasajes y alojamientos incluidos, a 1.790 dólares.
Quienes han hecho el viaje, cuentan que conmueve ver un glaciar donde se encuentra una cruz rodeada de piedras y de la cruz cuelgan rosarios, collares, retazos de telas, mientras a su alrededor hay banderas uruguayas, camisetas de fútbol o estampitas con imágenes de santos. Y que entre los múltiples homenajes a los fallecidos y a los sobrevivientes, destaca una frase: «No hay amor más grande que dar la vida por los amigos», en memoria de Numa Turcatti.