Antonio Espaillat, dueño de la disco Jet Set, donde ocurrió la tragedia que dejó 231 muertes, admitió que “siempre se caían” los plafones de yeso que cubrían el techo del local, pero que igualmente “se cambiaban”.
En una entrevista al programa El Día, señaló que una de las razones más normales que provocó el desplome de los plafones era el agua de los aires acondicionados. También las obstrucciones en los drenajes.
“Cosas normales de aires acondicionados. No nos dimos cuenta de las fallas porque los plafones de yeso no se abomban, los plafones de yeso absorben toda el agua, el yeso se pone pesado y cae”, justificó.
El dueño de la Jet Set precisó que los plafones de yeso se cambiaban con frecuencia. Incluso, el día de la tragedia, se sustituyeron algunos, explicó.
Por otra parte, defendió su ausencia el día que se desplomó el techo de la disco. “De casualidad estaba en ese viaje; si no, yo hubiera estado ahí. Yo todos los lunes estaba en mi silla, sentado siempre, compartiendo con todos los clientes”.
Comentó que su hermana, quien estaba en el sitio, le dijo por teléfono que estaba atrapada entre los escombros.
“Era muy difícil que yo no fuera. Normalmente, faltaba si no estaba en el país. Yo siempre iba, y mi hermana también”, acotó.
Cuando se le preguntó si el siniestro se podía evitar, contestó: “Si hubiera sido algo que se pudiera evitar, usted puede estar segura de que yo lo hubiera tratado de evitar. Mi hermana estaba ahí. Mi madre estaba ahí todo el tiempo también. Y por un tema de responsabilidad, yo no lo hubiera permitido jamás”.
“El primero que quiere saber lo que pasó soy yo”, puntualizó el propietario de la discoteca Jet Set.
El Cooperante/RDN