El sábado, Corey Comperatore condujo hasta un recinto ferial situado a media hora de su casa para escuchar al ex presidente Donald Trump, alguien a quien admiraba desde hacía años.
Comperatore, ingeniero y padre de dos hijos, acababa de cumplir 50 años. Él y su familia observaron desde unas gradas cubiertas con los colores de la bandera estadounidense cómo Trump empezaba a hablar.
Minutos después, el sonido de los disparos rasgó el sofocante aire. Comperatore no dudó. Se echó encima de su familia para protegerlos, según contó su esposa, Helen, al gobernador de Pensilvania, el demócrata Josh Shapiro.
Ella y sus hijas salieron ilesas, pero descubrieron que Comperatore había recibido un disparo mortal. “Corey murió como un héroe”, le dijo al gobernador, que relató su conversación el domingo.
El tiroteo del sábado ha conmocionado a todo el país y el FBI está investigando el ataque como un intento de asesinato.
Pero para la familia de Comperatore, la tragedia es un terremoto personal: la pérdida de alguien que amaba a sus hijos, que nunca perdía la oportunidad de ir a pescar, que pasó años como bombero voluntario corriendo hacia el peligro.
“El odio hacia un hombre se ha llevado la vida del hombre al que más queríamos”, escribió su hermana mayor, Dawn Comperatore Schafer, en un post en Facebook. “Esto parece una terrible pesadilla, pero sabemos que es nuestra dolorosa realidad”.
Además de identificar a Comperatore, de Sarver, Pennsylvania, las autoridades nombraron el domingo a dos hombres de otras partes del estado –David Dutch, de 57 años, y James Copenhaver, de 74- que resultaron gravemente heridos en el ataque. Fueron trasladados a un hospital de Pittsburgh, donde un funcionario dijo que estaban en estado crítico.
Shapiro describió a Comperatore como un bombero, un feligrés y un orgulloso “papá de una niña”. Estaba “muy emocionado” por asistir al mitin, dijo Shapiro. Sus amigos seguían las publicaciones de Comperatore en Facebook desde el acto.
“Corey era el mejor de nosotros”, añadió Shapiro durante una rueda de prensa en el edificio administrativo del municipio de Butler. Ordenó que todas las banderas de los edificios del gobierno estatal ondearan a media asta en reconocimiento de la tragedia y para honrar la memoria de Comperatore. También extendió sus oraciones en nombre de todos los ciudadanos de Pennsylvania a los dos hombres heridos y a sus familias.
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