Cada vez hay más evidencia científica que respalda la relación entre los alimentos ultraprocesados y la demencia«, afirma el Dr. Pablo Quiroga Subirana, especialista en Neurología y Neurofisiología Clínica en Almería. Estos productos, comunes en la dieta moderna, están cargados de azúcares, grasas saturadas y aditivos artificiales que no solo dañan nuestro corazón, sino que también aceleran el envejecimiento cerebral y aumentan el riesgo de alzhéimer. De hecho, los últimos estudios han visto que las personas que consumen más del 20% de la ingesta calórica diaria a través de ultraprocesados «presentan problemas cognitivos más acelerados, especialmente en funciones ejecutivas y memoria».
¿Cómo afectan los ultraprocesados al cerebro?
Detrás de esta relación entre los alimentos ultraprocesados y la demencia se encuentran mecanismos biológicos bien estudiados. «El principal culpable es la inflamación crónica que producen estos alimentos», nos cuenta el Dr. Quiroga Subirana. Al consumir productos ricos en grasas trans, azúcares refinados y aditivos químicos, desencadenamos una respuesta inflamatoria en el cuerpo.
Esta inflamación no solo afecta nuestro sistema cardiovascular, sino que también daña las estructuras del cerebro, acelerando su deterioro.
Y es que una de las consecuencias de la inflamación es la acumulación de proteínas dañinas en el cerebro, como las beta-amiloides. «Estas proteínas se acumulan de manera anormal en el cerebro, lo que lleva a un envejecimiento prematuro del tejido cerebral», explica el experto. Además, el consumo excesivo de azúcares refinados dispara la resistencia a la insulina, un factor que afecta directamente a las neuronas y se asocia con la aparición de demencia.
Factores que agravan el problema
Si bien los alimentos ultraprocesados son perjudiciales para todos, existen ciertos grupos más vulnerables a sus efectos.
El daño no es el mismo para todos. Los cerebros en desarrollo de los niños y los cerebros envejecidos de los adultos mayores son especialmente sensibles a la neuroinflamación provocada por estos alimentos.
El estilo de vida también juega un papel importantel. «Si combinamos una dieta rica en ultraprocesados con un estilo de vida sedentario, cargado de estrés y con falta de sueño, estamos creando una tormenta perfecta para el deterioro cognitivo», advierte el neurólogo. Sin embargo, la buena noticia es que podemos contrarrestar estos efectos. «La actividad física regular y una dieta rica en antioxidantes son dos armas poderosas para mantener un cerebro joven y saludable, incluso en la vejez», añade. La prevención está, en gran medida, en nuestras manos.
Proteger tu cerebro: ¿por dónde empezar?
La pregunta que muchos nos hacemos, entonces, ¿cómo evitar el daño causado por los ultraprocesados y proteger nuestra salud cerebral? «La respuesta es simple: debemos evitar su consumo tanto como sea posible«, recomienda el Dr. Quiroga Subirana. Aunque puede parecer complicado, reducir la presencia de estos alimentos en nuestra dieta es más fácil de lo que creemos.
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