Las opositoras Concertación Democrática Nicaragüense (CDN-Monteverde) y Unamos responsabilizaron este lunes al presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, y a su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo, por la muerte del general retirado Humberto Ortega, hermano del gobernante y jefe del Ejército de 1979 a 1995, quien falleció tras permanecer recluido por las autoridades.
«En la dictadura Ortega-Murillo nadie está a salvo, ni su familia», señaló en la red social X el movimiento opositor CDN-Monteverde desde el exilio.
La CDN-Monteverde, integrada por opositores desnacionalizados por las autoridades nicaragüenses, entre otros, sostuvo que «Humberto Ortega murió estando detenido bajo órdenes de su hermano».
«Cuestionar a la dictadura ha representado cárcel, incluso para los familiares directos del dictador. Humberto Ortega permaneció bajo ‘casa por cárcel de facto’ impuesto por el régimen de su hermano y su cuñada, provocando el deterioro de su salud y posteriormente su muerte», argumentó la colectividad opositora.
«Falleció bajo custodia de la dictadura»
Por su lado, el movimiento opositor Unión Democrática Renovadora (Unamos) coincidió en que «Humberto Ortega falleció bajo custodia de la dictadura».
«La dictadura ha anunciado la muerte del general en retiro Humberto Ortega Saavedra, quien había estado detenido desde mayo de este año, primero en su casa y luego en un hospital, donde permanecía aislado y solo», alegó.
«Como muchos otros, falleció bajo custodia de la dictadura. El Hospital Militar tardó cerca de 12 horas en informar sobre su fallecimiento», anotó.
Según Unamos, desde el día anterior, cuando el Hospital Militar emitió «un extenso comunicado detallando los problemas de salud del ‘paciente’ Humberto Ortega, ya se percibía que se estaba preparando el anuncio de su muerte».
Ese movimiento opositor recordó que Humberto Ortega, fundador del Ejército y hermano del presidente Ortega, «estaba detenido desde junio pasado en una habitación del Hospital Militar, convertida en cárcel», y que, con más de 77 años, «murió en condiciones que evidencian la responsabilidad del régimen Ortega-Murillo y no pueden eludir su responsabilidad en este deceso».
El general retirado falleció este lunes de un paro cardíaco, informó el Cuerpo Médico Militar del Ejército nicaragüense.
Daniel Ortega declaró «traidor a la patria» a su hermano
El Gobierno de Ortega y Murillo destacó este lunes el «aporte estratégico» del exjefe del Ejército, a quien declararon «traidor a la patria» tras cuestionar la sucesión «dictatorial» del jefe de Estado.
Por su parte, en una nota de duelo, los hijos del general nicaragüense solicitaron «respeto a la privacidad y al luto» que están viviendo.
Humberto Ortega (1947), uno de los estrategas de la insurrección armada contra la dictadura de Anastasio Somoza Debayle en 1979, fundador del Ejército Popular Sandinista al que dirigió desde 1979 a 1995, se mantenía bajo vigilancia en su residencia en Managua luego de que cuestionara la sucesión «dictatorial» de su hermano.
En una entrevista al medio argentino Infobae, publicada el pasado 19 de mayo, el general retirado consideró que el poder «dictatorial» de su hermano, próximo a cumplir 79 años y que se encuentra en el poder en Nicaragua desde 2007, no tiene sucesores adecuados. Ni su esposa, Rosario Murillo, ni ninguno de sus hijos, y que ante una eventual ausencia o muerte quedará un gran vacío de poder, por lo que se debe convocar a elecciones.
Tras cuestionar la sucesión «dictatorial», las autoridades retuvieron los teléfonos celulares y computadores del exjefe militar e instalaron en su residencia una unidad de atención médica para cuidar las dolencias «que han aquejado y aquejan al general Ortega», uno de los históricos nueve comandantes de la Dirección Nacional del Frente Sandinista de Liberación Nacional que dirigieron Nicaragua entre 1979 y 1990.
Diez días después de criticar la sucesión «dictatorial», Ortega y Murillo declararon «traidor a la patria» al general retirado durante un acto oficial transmitido en cadena de televisión, y en presencia de la jefatura del Ejército y la Policía.
EFE